sábado, 26 de noviembre de 2011

LA MAGIA DE PELUSÍN



   Abre su maleta. Todo está ordenado dentro del desorden. Miles de colores saltan de la maleta para llenarlo todo de alegría. Por dentro se siente triste, vacío; no es hoy uno de sus mejores días. Respira hondo varias veces.
   Su trabajo le gusta por eso lo eligió. Él hace de pintor, dibuja una sonrisa a todo aquel que lo necesite. Toma su pincel y lo convierte todo en color, alegría, luz e ilusión y hoy no será una excepción.
   Va colocando lo que necesita sobre un sillón. Saca su maletín de maquillaje y se dispone a transformarse... La base blanca, las cejas arqueadas, la gran sonrisa roja, las estrellas azules sobre los párpados...
   Coge los anchos pantalones, la camisa naranja, el colorido chaleco, calcetines de flores y anchos zapatones. Deja para el final , siempre como un ritual siguiendo el mismo orden la larga corbata de topos blancos, el gorro con la peluca colorida y su roja y grandota narizota y por arte de magia ¡voilá! deja de ser Miguel y pasa a ser Pelusín, aquel que te sacará una sonrisa por muy escondida que esté y te hará feliz.
   La tristeza que le invadía ha desaparecido y deja paso a la alegría que llenará durante una hora los corazones de esos niños de la planta 4ª de oncología. La misma magia que ha conseguido un  poco de maquillaje y una gran nariz roja hará que esos niños piensen que están viviendo una aventura en un pequeño circo diseñado para ellos. Pelusín se siente un mago que lo llena todo de felicidad a su alrededor con una cosa sencilla y que todos tenemos: una sonrisa.

lunes, 21 de noviembre de 2011

EL AIRE DEL ACANTILADO



   Se encontraba allí, aquel día soleado pero ventoso, desnuda contra el viento con los brazos abiertos en cruz. Se sentía importante, se sentía feliz. El aire llenaba por completo sus pulmones. Estaba plena, llena de vida. No necesitaba nada más, allí era ella, era única. Su cara dibujaba una sonrisa, la más bella sonrisa que jamás había tenido en su rostro. Allí se camuflaba con la naturaleza, era un elemento más de aquel hermoso paisaje. Al igual que los pájaros abrían sus alas para volar, ella lo hacía con sus brazos. Sentía envidia de aquella cualidad de la que ella carecía. Deseaba imitarlos. Desde siempre pensó que los pájaros eran los animales más afortunados del mundo y los más libres de todos los que existían ya que eran los únicos capaces de llegar casi a tocar el universo con un simple batir de sus alas. Pero en aquel momento ella era feliz, se sentía un pájaro más, un ser libre, lo tenía todo sin necesidad de nada material , nada tangible. Cerraba sus ojos , se sentía plena, realizada. No sabía cuánto tiempo duraría ese instante pero eso no le preocupaba. Absolutamente nada podía perturbar tan dichoso momento. El aire acariciaba su rostro y peinaba sus cabellos rojizos.
En ese cuadro, en su cuadro , en el cuadro que protagonizaba, ningún pintor podría haber dibujado mayor felicidad de la que sentía.
 Dichosa ella por poder alcanzar ese momento. Ojalá todos pudiésemos llegar alcanzarlo.

domingo, 20 de noviembre de 2011

ECHAR A VOLAR



  Apriétame fuerte entre tus brazos, quiéreme hasta no poder más como si fuese la cosa más necesaria de tu vida. Ámame, quiéreme, tómame ahora, ¡YA! o córtame las alas porque quiero echar a volar , batir mis alas y llegar hasta lo más alto, arriba al cielo, volar al universo, desaparecer...
   Coge el lazo, la cuerda, la cadena, átame a tu puerta, a la pata de tu cama, no me dejes marchar. Hazme sentir la persona más importante aunque sea mentira, solo para que me lo crea, para que me haga sentir alguien , algo...
   Ámame, quiéreme, tómame ahora, ¡YA! o córtame las alas porque quiero echar a volar.