lunes, 22 de noviembre de 2010

EL GORRIÓN ENJAULADO



Hoy os quiero contar un cuento al estilo de Don Juan Manuel, el autor de El Conde Lucanor y que cada uno saque la moraleja que más le convenga o que más le guste.


Había una vez en en campo muy bonito , un árbol en el cual se encontraba un pequeño nido. Este nido pertenecía a una pareja de gorriones, que después de mucho amor tuvieron 3 huevos de los cuales el primero que nació fue una gorriona y los dos más pequeños, gorriones. De esta familia me quiero centrar en la vida de la gorriona. En su infancia era muy, muy feliz, siempre estaba de rama en rama cantando, saltando y revoloteando sin parar. Pero un día sin esperarlo su alita se le quedó atrapada en un hierro que habían colocado los humanos y después de mucho forcejear se partió su alita y desde ese día ya no volvió a ser la misma.

Cuando pasó el tiempo y ella se fue acostumbrando a su "nueva vida", con sus contínuos altibajos, conoció a un gorrioncito que le hizo aprender que la vida es bella aunque de vez en cuando se empeñe en poner obstáculos.

Siempre que podían salían a ver el amanecer , saltaban de árbol, árbol y hablaban. Sí casi todo el tiempo que pasaban juntos lo dedicaban a hablar, los dos gorriones se sentían muy felices juntos se encontraban bien el uno al lado del otro, hasta que un día…

La gorriona llegó algo más tarde de lo ysu patita se quedó atrapada en aquella trampa.

A la mañana siguiente, llegó un humano y cuidadosamente le quitó la trampa que la tenía atrapada. "Eres muy bonita, tienes unos colores muy originales, le encantarás a mis niñas" (le dijo el humano).

Al llegar a su casa la metió en una jaula dorada donde no le faltaba ningún detalle: el comedero lleno de alpiste, su recipiente para el agua, su columpio, varias varillas para que saltase y revolotease. Pero a nuestra gorriona le faltaba lo más importante: LA LIBERTAD. No sabía cómo pero de repente su vida giró 360 grados allí no le faltaba nada material , no tendría que buscar comida pero no era feliz porque le faltaban sus árboles sus cantos, su amiguito el gorrioncito…

No era feliz añoraba su vida estaba encerrada en una jaula de oro de la que no podía salir, y aunque le abriesen la puerta tampoco se salvaría porque su invalidez le impedía volar. Sabía que si salía por la puerta le esperaría la muerte al caer contra el suelo.

Una mañana la pequeña de la familia la cogió en sus manos como solía hacer siempre para jugar con ella, pero al devolverla a su jaula se olvidó de cerrar la puerta. Entonces nuestra gorriona vio la solucion a su tortuosa vida dio pequeños saltitos y se acercó lentamente a la puerta, cerro sus ojitos y saltó en busca de "su libertad"

( Sé que es muy triste pero es lo único que siento en estos momentos . Otro día pondré otra que sea un poquillo más alegre.)

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